- ¿Quién no se acuerda de Paulo Futre?. Ídolo noventero que dejó una profunda huella en el fútbol español y, especialmente, en el Atlético de Madrid. En Manzanares siempre fue considerado una de las grandes leyendas que ha vestido la casaca rojiblanca, uno de los mejores atacantes de su historia, ganador de dos Copas del Rey en sus seis años como colchonero. Pero este inolvidable deportista también defendió los intereses de otros grandes clubes como Reggiana, West Ham United o Milan, así como los tres "gallitos" de los grandes de Portugal como Benfica, Porto y Sporting. Con el Milan conquistó la Serie A.
Pero no hizo grandes cosas como internacional. Con la selección portuguesa tan solo pudo disputar el Mundial de México 86, realizando un discreto papel en el que solamente contó con una titularidad. Tampoco su equipo hizo gran cosa.
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Futre, una leyenda atlética. |
- Paulo Jorge dos Santos Futre nació en Montijo (Portugal) el 28 de febrero de 1966. Dejó grandes recuerdos de una Liga Española muy diferente a la actual, en cuya época mandaban futbolistas de la talla de
Michael Laudrup, Emilio Butragueño,
Hristo Stoichkov y Hugo Sánchez entre otros. También el portugués fue una de las grandes figuras del momento.
Paulo era un aguerrido extremo izquierdo muy goleador, bravo y con un talento especial para irse de sus oponentes. De tamaño medio (1´75) era un jugador de grandes condiciones físicas, muy regateador y competidor como pocos. De esta manera ya se dio a conocer a mediados de los setenta con el equipo de su ciudad, de donde pasaría a la cantera del Sporting de Lisboa.
Tras dar sus primeros pasos por la liga portuguesa con el conjunto lisboeta, Futre se marcharía al Oporto en 1984 para confirmar su gran estado de forma, lo que le permitiría asistir a su primer Mundial con veinte años de edad.
Muchos clubes ya se habían fijado en el que por entonces figuraba como una de las grandes promesas del balompié luso, pero solo el Atlético de Madrid de
Jesús Gil y Gil pujaría con más fuerza por él, haciéndose con sus servicios en el mercado veraniego de 1987.
Debutó en la Liga Española con César Luis Menotti en el banquillo del extinto Vicente Calderón. Ocurrió un caluroso 30 de agosto de 1987, ante un modesto Sabadell que acabaría sucumbiendo por 1-0 en su visita a la capital española.
Futre, que se había ganado la titularidad desde el principio, tardaría bien poco en anotar su primer gol como colchonero. Se lo hizo en la siguiente jornada al Real Mallorca, para sacar un punto a domicilio (1-1).
Su primera temporada fue realmente espectacular, llegando a marcar ocho goles en sus 35 apariciones. Los números irían en ascenso, así como sus grandes actuaciones sobre el verde. Así fue como Paulo se convirtió en leyenda para la afición colchonera.
Con el Atlético vivió los mejores años de su carrera, al menos en cuanto a su fútbol en lo personal. Ayudó al club de Manzanares a levantar dos títulos de la Copa del Rey de manera consecutiva, abandonando Madrid en 1993, cuando ya era relacionado con muchos clubes europeo.
El Reggiana se haría con los servicios del crack portugués, quien decidió probar suerte en otra de las grandes ligas de moda por entonces. En el Calcio italiano competiría tras haber jugado para Benfica y Olympique de Marsella, aunque las lesiones comenzarían a eclipsar su carrera.
Su peor momento se confirmaría en su paso por el Milan de Fabio Capello, quien solo le otorgaría una oportunidad de jugar en aquella liga que caería a favor de los de San Siro. Era un gran Milan en el que Futre no pudo brillar.
Lo intentó también en Inglaterra con el West Ham United pero, lejos de alcanzar su mejor momento de forma, el atacante luso acabaría marchándose de la entidad británica para retornar a la que siempre consideró su casa.
Volvió a defender los colores del Atlético de Madrid mientras su físico se lo permitió, pero Paulo ya no sería el mismo. Jugaría sus últimos partidos como atlético sin poder dejar un último gol en la llamada "Liga de las Estrellas", en la que el de Montijo fue una más. En 1998, Futre abandonaría el Atlético por segunda vez, y por tanto, el fútbol español.
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A Futre no le fue muy bien con la selección portuguesa, con la que jugó 41 partidos.
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- Por entonces se puso de moda que los futbolistas acabasen su carrera en Japón para obtener su último gran contrato, y es por ello que Paulo Futre fichó por el Yokohama Marinos, con el que llegó a disputar trece partidos antes de colgar las botas.
No hay mucho que decir de su trayectoria internacional. En sus doce años representando a la selección portuguesa, el de Montijo hizo 6 dianas en 41 partidos, habiendo debutado como internacional en 1983, a los diecisiete años.
Su único gran reto con Portugal fue el de asistir a la Copa del Mundo de México 86. Intervino en tres partidos, aunque solo en uno fue titular. A partir de mediados de los noventa dejaría de jugar para su selección.
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