- Para mi siempre será uno de los mejores defensores que he visto en los muchos años que he visto, probablemente, el mejor central uruguayo de la historia. Ese es Rónald Paolo Montero Iglesias, quien con su selección llegó a competir en una Copa del Mundo y una Copa América en la que alcanzó el tercer lugar.
Muchos le recordaréis por sus muchos años en el fútbol italiano, especialmente como miembro de la Juventus. Con la "Vecchia Signora" celebró diversos títulos y fue todo un ídolo indiscutible. También defendió el escudo del Atalanta, y acabó su carrera en Peñarol para después convertirse en entrenador.
El club aurinegro tiene que ver mucho en su historia como futbolista, pues en Montevideo empezaría todo. Allí, en la capital uruguaya, nacería Montero el 3 de septiembre de 1971. En el Peñarol se iniciaría a partir de los años noventa.
En la liga uruguaya se dio a conocer como un duro defensa central, competitivo como pocos y de carácter ganador. Además de ser un tipo con gusto por mantener la posesión, el apodado "Superglue", era un especialista en los marcajes.
Aterrizó en Europa siendo muy joven, con veintiún años de edad. Llegó a Italia en 1992 para incorporarse a un Atalanta Calcio con el que se daría a conocer cuando el equipo era dirigido por el gran Marcello Lippi.
El técnico le haría debutar en la Serie A el 6 de septiembre de 1992, en un enfrentamiento con el Parma que acabaría con victoria local por 2-1. Instalado en la zaga de su equipo, Montero anotaría su primer tanto frente a Udinese, para así celebrar otro importante triunfo liguero.
Durante sus cuatro años por Bergamo viviría un poco de todo, desde lamentar un descenso de categoría en 1994, a recuperarla al año siguiente. En su retorno a la élite, el zaguero charrúa se ganaría una gran fama sobre el verde.
Y esa fama le llevaría a fichar por uno de los mejores clubes del mundo sin la necesidad de moverse de Italia. Paolo se trasladaría a Turín en el verano de 1996 para volver a prestar su servicios a Marcello Lippi.
Contaría con la confianza del entrenador para formar en zaga con Ciro Ferrara y Pessotto, además de unir su calidad a la de otras grandes estrellas como Zinedine Zidane, Di Livio, Vladimir Jugovic, Didier Deschamps, Alen Boksic y Alessandro Del Piero. Después irían llegando otras figuras.
Aquella Juventus fue temida por toda Europa, y Montero tendría mucho que ver en el éxito de una defensa ferra, casi sin fisuras. Ya en su primer año como "bianconero", disputaría 26 partidos y celebraría sus primeras gestas.
Montero ganaría su primer "Scudetto" y la Supercopa de Europa, además de la Copa Intercontinental. Serían los logros que llamarían a otros, pues en los siguientes años se alzarían otros tres trofeos ligueros y la Superccopa italiana. El trofeo nacional de copa y los títulos europeos se le resistirían al de Montevideo.
Quizás esa fue la espina que nunca pudo clavarse el zaguero en sus ocho años por Turín, en una carrera deportiva que poco a poco se iría erosionando, como demuestran sus últimos números con la escuadra juventina.
Montero fue uno de los mejores zagueros que ha tenido la selección charrúa. |
- Para Fabio Capello jugaría sus últimos minutos en la liga italiana, en esa en la que dejaría huella por sus geniales actuaciones y una larga experiencia que consta de un total de 266 apariciones y 3 tantos, solo uno con la "Juve".
En 2005 dejaría atrás el país de la bota para regresar a su Sudamérica natal. Paolo Montero seguiría jugando al fútbol con el San Lorenzo de Almagro, de donde retornaría a Peñarol para concluir su carrera en 2007.
Su máxima hazaña con la selección uruguaya fue obtener un tercer puesto en la Copa América de Perú 2004. Montero cerró su trayectoria internacional con 61 partidos y 5 goles, habiendo concursado en la Copa Confederaciones de 1997 y en la Copa del Mundo de Corea-Japón 2002.
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