- Vamos con una de las mayores leyendas bajo palos, al menos así lo es para todos sus compatriotas, y para mi personalmente. Recuerdo que al principio me llamaba la atención por ser el tipo más estrambótico que había visto en mi vida. Aquellos llamativos diseños que vestía para defender el arco eran cuanto menos espectaculares.
Observabas un cromo de la época y apreciabas un peinado al más puro estilo Rockabilly, como salido de la película de "Grease" tras actuar como miembro de la banda de John Travolta, con marcado tupé y cuellos de la camisa subidos.
Pero Jorge Campos Navarrete eras algo más que extravagancia bajo palos. Para muchos mejicanos es seguramente el mejor portero de su historia, un futbolista que a lo largo de su carrera se mantuvo como guardián de la meta de la selección "Tri" durante tres ediciones de la Copa del Mundo.
- Y mira que hemos visto porteros peculiares a lo largo de la historia, hombres que marcaron una imagen que, como suele pasar, acaba siendo emulada por los grandes fans, y aveces hasta por otros profesionales.
Pero lo de Campos era algo único. Ropas de gran tamaño que le hacían parecer casi un espantapájaros, coloridas, atrevidas. A veces pienso que el jugador lucía así para distraer la atención de los delanteros rivales, y que no os extrañe. Como portero era muy bueno, yo diría que sensacional. Pese a que era un tipo bajo para su posición a cubrir (1´68), compensaba ese handicap con increíbles acciones en la portería, siendo un cancerbero de grandes habilidades, aunque quizás demasiado nervioso por naturalidad. Aún así, muchas de sus paradas eran increíbles, y allá donde compitió dejó maniobras épicas, muchas no han sido olvidadas por sus grandes seguidores.
Jorge nació en Acapulco (México) el 15 de octubre de 1966. Sus hermanos -ambos porteros- ya le sirvieron como influencia para acabar triunfando en el mundo del balompié, fueron buenos asesores para Jorge a lo largo de su carrera, pues este pequeño ídolo siempre fue muy familiar. De hecho, dicen que Jorge era capaz de recorrer viajes de siete hora en un día solo para poder ver a su familia.
Le gustaba montar a caballo, pero sobre todo le entusiasmaba el fútbol, deporte del cual hizo un estilo de vida. Su hiperactividad le hacía perder los nervios en más de una ocasión y le obligaba a incorporarse al ataque, y es que Campos también tiene actuado como delantero en sus inicios.
Esos inicios se forjaron en el afamado UNAM Pumas, un club al que llegaría a representar en varias etapas a lo largo de su carrera. Al principio no lo tuvo nada fácil, ansiando minutos para arrebatarle el puesto a su compañero Adolfo Ríos.
Aquellas ansias por competir le acabarían convirtiendo en delantero centro, de ahí que el llamado "Leyenda del Arco" o "Inmortal", tuviese un gran dominio con el balón en los pies, algo que le fue muy útil en las jugadas más complicadas cuando defendía el arco.
De esta manera, sus comienzos como deportista acontecieron ocupando posiciones atacantes, anotando para su equipo 28 goles en 205 partidos. Pese a que acabaría ocupando un puesto en la portería, Jorge no dejaría de hacer goles a lo largo de su carrera.
Pese a que se mostró como un gran goleador en sus primeros pasos con el Pumas, el de Acapulco se asentaría como guardameta en las siguientes campañas, permaneciendo siete temporadas en Ciudad de México figurando como uno de los mejores elementos del continente americano.
Eso le permitió acudir a sus primeras citas mundialistas con su selección, adquiriendo una gran fama que le causaría el interés de muchos clubes del planeta, algunos descartados por el espectacular y misterioso meta mejicano.
Abandonó por vez primera Pumas para fichar por el Atlante a mediados de los noventa. Allí solamente permanecería una temporada, pues en 1996 decidiría unirse a Los Angeles Galaxy para conocer la recién creada Major League Soccer norteamericana.
Tras 43 participaciones para el cuadro californiano, "Brody" regresaría nuevamente a México, esta vez para jugar en el Cruz Azul, cuya estancia sería interrumpida en poco tiempo para volver otra vez al país estadounidense, donde esta vez jugaría para los Chicago Fires. De ahí retornaría al UNAM Pumas a finales de los noventa.
Jorge Campos siempre nos sorprendió con increíbles y atrevidos modelos deportivos. |
- Jorge Campos ya era una leyenda en activo. Su extensa trayectoria a nivel de clubes acabaría siendo un constante ir y venir. A Pumas retornaría una vez más en 2001, después de haber repetido estancia en el Atlante. Ya en 2004 acabaría colgando los guantes tras representar a Puebla, su último club.
Los recuerdos se apoderan de todos aquellos gustosos del fútbol que hemos vivido la trayectoria de Campos, cuya vida podría dar perfectamente para convertirla en obra cinematográfica. Para la selección mejicana jugó entre 1991 y 2004, llegando a intervenir en 130 partidos internacionales.
Esto el hace figurar como uno de los hombres que más veces jugó para México, un combinado del que fue guardián en tres Copas del Mundo, empezando por la de USA 94, siguiendo por Francia 98 y terminando con la de Corea Japón 2002, en la última vez que pudimos ver sus coloridos y alegres uniformes.
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