domingo, 3 de mayo de 2020

¿Te acuerdas de Pablo Bengoechea?



- De esos jugadores que más has seguido por tu infancia, aquellos que te marcan por apariciones mundialistas o que has seguido de cerca por competir en la liga que conoces, emergen nombres de deportistas como el de Pablo Javier Bengoechea Dutra.
En Europa jugó varios años para el Sevilla, a donde llegó tras haber celebrado dos títulos de la Copa América cuando Uruguay tenía todas sus esperanzas puestas en la inminente celebración del Mundial de Italia 90, en el que participaría este centrocampista de carácter ofensivo.

Bengoechea nació el 27 de junio de 1965 en Rivera (Uruguay). Actualmente se le conoce más por su trabajo en los banquillos, pero en su día fue una de las más grandes figuras del fútbol uruguayo, internacional con su selección en 43 ocasiones.

En su ciudad natal crecería e incluso daría los primeros pasos como futbolista jugando en el Oriental Atlético Club de Rivera. Allí tomaría su formación juvenil antes de concluirla en el Montevideo Wanderers, un club ya con mayor prestigio en el país.
En la capital uruguaya acabaría perfilándose como un centrocampista de gran resistencia física, un auténtico pulmón al que le gusta dirigir la línea atacante, incluso siendo a veces partícipe en los disparos sobre el marco rival. Si algo demostró Bengoechea a lo largo de su carrera, es que desde luego tenía gol.

Durante dos años jugaría para los Wanderers, dejando muy buenas actuaciones a medida que iba dejando su particular huella con la selección charrúa al ser parte importante de un equipo que se coronaría por dos veces campeón del continente americano.

Eso fue lo que entusiasmó en la capital de Híspalis. Bengoechea había atraído mucho a la directiva del Sevilla, que en el verano de 1987 incorporaría al joven centrocampista de veintidós años para aportar gol y calidad al equipo dirigido entonces por el ilustre Xabier Azkazgorta.
El 30 de agosto de aquel año se produciría su debut en la Liga Española, en un derbi sevillano ante el Betis como locales que se saldaría con una derrota por 1-2. Pese al mal resultado, el centrocampista uruguayo dejaría muy buenas sensaciones en su estreno.

Una de las destacadas habilidades de Bengoechea eran los lanzamientos desde los once metros, y así es que como hizo su primer tanto como sevillista, adelantando a los suyos en una dificultosa visita al Nou Camp, en la que ganaron al Barcelona por 1-2.

Fue una de las grandes gestas por recordar en su paso por la Liga Española, con un Sevilla para el que jugó durante cinco temporadas sin poder celebrar títulos, pero llevándose la increíble experiencia de conocer una de las ligas más potentes.
Y sin duda, su primer año fue el mejor, ya que registró una docena de goles en los 30 partidos que intervino, en los que dejó buena muestra de ese talento que ya había lucido en la Copa América, el que poco después debería mostrar en el Mundial de Italia.

Pero con la llegada de los noventa, Bengoechea iría perdiendo protagonismo en la escuadra sevillana. Llegaría a coincidir con grandes jugadores como Davor Suker e Iván Zamorano, pero presencia ya se iba desvaneciendo en la competición española, en la que llegó a disputar un total de 135 partidos y marcó 26 goles.

Pablo Bengoechea marcó en las dos finales de la Copa América que conquistó Uruguay.

- El fútbol no se acabaría ahí, ya que Pablo Bengoechea se iría a jugar a la liga argentina con el Gimnasia y Esgrima, de donde retornaría a su país natal para jugar en el Peñarol, con el que ganó cinco títulos de liga consecutivos entre otros trofeos. Se retiró en 2003 para ejercer como asistente técnico y posteriormente de entrenador en solitario.

Con la selección charrúa participó en 43 partidos e hizo 6 goles, algunos de ellos en las dos Copas de América que conquistó en 1987 y 1995. También concursó en el Mundial de Italia 90, pero en éste solamente jugaría un partido.


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