- En mis últimas vacaciones por Galicia tuve el inmenso placer de poder conversar sobre fútbol con los empleados de un popular asador vigués al que acostumbro a ir. La mayoría de los camareros y asalariados de este local hostelero son originarios de Uruguay, y me sorprendieron por sus conocimientos futbolísticos.
Hablamos de grandes jugadores de la historia, hombres como Alcides Ghiggia, Enzo Francescoli, José Nasazzi u Obdulio Varela. En ese acogedor restaurante llamado A Roda, estos amantes del fútbol tienen a la entrada la foto del "Negro Jefe".
Charlamos sobre tiempos muy remotos, de ese gran fútbol que desplegó el combinado charrúa desde los albores de este deporte, cuando Uruguay dominaba el panorama olímpico en los lejanos años veinte, lo que les llevó a ser los primeros campeones del mundo en 1930.
- Entre los nombres de aquellos campeones olímpicos saldría el nombre de uno de los mejores delanteros de la época, quien ayudó a que la copa de Jules Rimet se quedase en su país, lugar de celebración del primer Mundial de la historia.
Este delantero no es otro que Héctor Pedro Scarone Beretta, un hombre que no pudo triunfar en España, donde fue efímeramente jugador del F.C. Barcelona. Gran seguidor y jugador del Nacional, pasó también por Italia para representar a Inter de Milán y Palermo, y concluyó su carrera en el Montevideo Wanderers.
Su apellido delata esas raíces italianas, aunque Scarone nació en la ciudad de Montevideo (Uruguay) el 26 de noviembre de 1898. Era cartero de profesión, pues por aquella época no se podía vivir solo de dar patadas un balón, algo que por lo visto, hacía muy bien nuestro protagonista.
Dicen que era capaz de poner el balón en sitios imposibles, que jugueteaba con la bola tratando de colarla por agujeros de verjas demasiado estrechos. Esa técnica le venía muy bien para colar el objeto redondo en la portería del portero rival. Scarone no solo era un tipo goleador, además tenía clase, visión de juego y el típico pundonor del que hacían gala muchos jugadores de su época.
Le llamaban "Rasquetita", "Mago" o "El Gardel del fútbol". Compaginaba su empleo con un deporte que todavía no gozaba de gran fama, eligiendo como su primer club el Nacional de su ciudad natal, al que se unió siendo un mozo.
Debutó para el conjunto de Parque Central en 2016, después de haberse acostumbrado a jugar de forma amateur en canchas baldías. En aquel equipo de sus amores, Scarone no tendría suerte de inicio, ya que sería rechazado por su mala forma física, algo que el delantero mejoraría para poder cumplir todos sus sueños.
Ya con diecinueve años, Héctor daría el salto al primer equipo, después de escasas apariciones con el equipo reserva, donde ya había dejado claro que tenía mucha calidad. Durante muchos años jugaría al lado de su hermano Carlos.
Scarone se convertiría en un jugador muy afamado por Uruguay, pasando nueve años en Nacional, para el que haría nada menos que 108 tantos en 115 encuentros. Entonces ya habría ganado siete títulos de la liga uruguaya.
Fue uno de los grandes futbolistas olímpicos, campeón de los Juegos que se celebraron en París y Amsterdam, allá por 1924 y 1928, respectivamente. Además, aquel equipo olímpico haría varias giras por Europa, presumiendo de un buen fútbol por España, donde seguramente ya se habrían percatado de su talento.
Así es como llegaría a fichar por el F.C. Barcelona en 1926. Por entonces, su fichaje fue considerado como uno de los mayores esfuerzos realizados por la entidad catalana hasta la fecha. La prensa hablaba maravillas del jugador.
Pero a Scarone no le fue tan bien por España. Las malas lenguas decían que la figura blaugrana Samitier se negaba a pasarle el balón, por lo que el charrúa se veía perjudicado. Sin embargo, ambos futbolistas nunca reconocieron este hecho. Con aquel Barça conquistaría la Copa de España y el Campeonato de Catalunya, dejando 17 goles antes de poner rumbo a su tierra, donde volvería a jugar para Nacional.
Scarone marcó un gol en el Mundial de Uruguay 1930, en la que fueron campeones. |
- En 1931 ficharía por la Società Sportiva Ambrosiana -hoy Inter de Milán-. También jugaría para el Palermo un par de años, regresando otra vez al Nacional para acabar su carrera en 1939. Héctor Scarone falleció el 4 de abril de 1967 en su querida Montevideo, a los 68 años de edad.
Ya con su selección, todo lo que logró Scarone fue algo histórico. Fue uno de los primeros grandes goleadores del equipo nacional uruguayo, para el que durante trece años hizo 31 dianas en 51 partidos internacionales.
Participó en siete ediciones de la Copa América, y cuatro de ellas las celebró (1917, 1923, 1924 y 1926. Fue campeón olímpico en dos ocasiones -París 1924 y Amsterdam 1928- y fue un pionero en ganar la Copa del Mundo, la que se celebró en su país en 1930 y en la que hizo un gol.
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