martes, 16 de marzo de 2021

¿Te acuerdas de Miguel González "Míchel"?


- Sé que los más jóvenes le recordáis más por sus labores como entrenador, pero supongo que también conoceréis su trayectoria como futbolista, en la que durante veinte años fue miembro del Real Madrid, con el que ganó muchos títulos.
También jugó muchos años para la selección española, llegando a participar con la misma en los Mundiales de México 86 e Italia 90, además de la Eurocopa de Alemania 1988. Él fue miembro de aquella conocida "Quinta del Buitre", figurando como uno de los más destacados junto a Emilio Butragueño

El hijo de esta leyenda blanca es Adrián González, quien trata de seguir sus pasos, con mucha experiencia en la Liga Española y habiendo sido entrenado por su propio padre en sus pasos como jugador del Getafe y Málaga.

- Él es José Miguel González Martín del Campo, a quien conocimos deportivamente como "Míchel". Nació en Madrid (España) el 23 de marzo de 1963 y, al igual que su hijo, quiso seguir los pasos de su progenitor, quien también fue futbolista y tuvo que retirarse siendo muy joven por culpa de un terrible accidente de tráfico.
En aquella cantera blanca de la que habían salido grandes talentos que llegaron a jugar una final de la Copa del Rey frente al primer equipo, se criarían aquellos cinco prometedores juveniles, aquella citada "Quinta del Buitre" formada por los Butragueño, Sanchís, Pardeza, Martín Vázquez y el propio Míchel.
Muchos conocimos a aquel interior diestro tan elegante y con visión de juego. Míchel era un hombre con clase que a veces perdía los papeles sobre el césped, como demostró con aquella bochornosa imagen con Carlos Valderrama, sus constantes rifi-rafes con el búlgaro Hristo Stoichkov o aquel clásico "¡me lo merezco!" contra Corea del Sur, en el que el centrocampista madrileño se lució con un hat trick en el Mundial de Italia 90. Este jugador era calma y tensión o fútbol y calidad al mismo tiempo. Ya desde joven empezaría a perfilarse como una de las grandes promesas del fútbol español.

Tras despuntar como juvenil, no tardaría en demostrar su alto nivel con el Castilla, para el que haría 7 dianas a las órdenes de Santisteban. Tanto él como Butragueño, pronto dispondrían de oportunidades con el primer equipo.

Míchel ya había sido estudiado por el gran Vujadin Boskov, aunque sería Molowny (su sucesor) quien le haría debutar en Primera División el 11 de abril de 1982. Su estreno no podría haber sido mejor, ayudando al Madrid a alcanzar la victoria con un gol en Castalia frente al Castellón (1-2).
Aquel día, el joven madrileño ya había demostrado ser un especialista a balón parado, pues se atrevería a lanzar un penalti a sus dieciocho años recién cumplidos. El juego estratégico era uno de sus puntos fuertes.

Aún tendría que seguir creciendo en la Segunda División española con el Castilla, contando para Amancio Amaro en diversos entrenamientos del primer equipo hasta que se consolidó en la plantilla profesional. 

Se quedaría en el primer equipo a partir de 1984, cuando el propio Amancio contaría con él para conformar una competitiva plantilla en la que se hallaban jugadores de la talla de Ulrich Stielike, Jorge Valdano o Carlos Alonso "Santillana". Junto a ellos, Míchel crecería de forma considerable. 
Pronto se ganaría la titularidad, sumando un buen número de partidos en la Primera División, al mismo tiempo que empezaba a entrar a menudo en las convocatorias de la selección nacional, con la que en 1986 disputaría su primer Mundial.

Pasarían los años y Míchel sería uno de los jugadores más representativos del club junto a Butragueño, Sanchís, Chendo o Paco Buyo. Con el Real Madrid ganaría toda clase de títulos, en los que se pueden destacar seis Ligas, dos Copas del Rey, cuatro Supercopas de España y dos Copas de la UEFA.

Míchel jugó con España los Mundiales de México e Italia, mas la Euro de 1988.


- La única espina que le quedaría clavada al mediocampista madrileño sería la de ganar una Liga de Campeones, algo que no sería posible en sus casi quince años compitiendo por la categoría máxima española.
En cambio ganó una gran relación con la entidad blanca, con unos números de 404 partidos y 97 goles. Los últimos pasos de su carrera serían por México, donde jugaría para el Atlético Celaya hasta 1997. Luego se convertiría en entrenador.

También le quedaría el mal sabor de boca de no haber conseguido nada como internacional, aparte de esos 66 partidos en los que hizo 21 goles y la inolvidable experiencia de ser subcampeón con la España Sub-21 en la Euro del 84. Con el equipo absoluto jugaría los Mundiales de México 86 e Italia 90, además de la Euro del 88.

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